Sevilla, 1898 – Madrid, 1984
Vicente Aleixandre, ilustre representante de la Generación del 27 y Premio Nobel de Literatura, también recibió el Premio Nacional de Literatura por La destrucción o el amor y el Premio de la Crítica por En un vasto dominio y Poemas de la consumación.
Nacido en una familia de la burguesía sevillana, pasó su infancia en Málaga, donde estudió junto al escritor Emilio Prados, hasta que se trasladó a Madrid. Allí cursó estudios de Derecho y Comercio.
Tuvo estrechos lazos con figuras como Cernuda, Alberti, Lorca y Pablo Neruda, y mantuvo una relación amorosa con Andrés Acero, aunque la Guerra Civil los separó y marcó sus vidas.
Pionero en la exploración poética del subconsciente, Aleixandre recorrió diversas etapas en su obra. Comenzó con una poesía pura, influenciada por Juan Ramón Jiménez, Guillén y ecos de la Edad de Oro. Luego incursionó en el surrealismo, con una estética irracionalista y versos libres inspirados en Freud y los precursores del movimiento. Más tarde, en la posguerra, adoptó una poesía antropocéntrica, más sencilla y cercana a la poesía social de la época. En su madurez, su estilo retornó a un irracionalismo juvenil, aunque más depurado y sereno.
Vicente Aleixandre pasó los veranos de 1911 a 1918 en Las Navas del Marqués, desde los 13 hasta los 20 años, junto a sus padres y su hermana Conchita. La familia alquilaba Villa Fura, un chalet en la Avenida Alejandro Más (hoy remodelado). Su padre, tras ser diagnosticado con una afección pulmonar, se trasladó a Madrid por recomendación médica, y los veranos en Las Navas formaron parte de su recuperación.
El verano de 1917, con 19 años recién cumplidos, marcó un hito en su vida: conoció a Dámaso Alonso, quien le contagió su pasión por la poesía y le regaló una antología de Rubén Darío. Años más tarde, en 1963, Aleixandre evocaba así ese instante en Las Navas:
“Tres, cuatro árboles viejos, robustísimos,
mezclados arriba con el cielo y sonoros,
en la brisa, de majestad y reconocimiento.
Recuerdo la cerca blanca que los acosaba,
unida a la Ermita del Cristo, y al fondo las lomas,
el amarillo estival de la hierba abrasada,
con un confín de pinos espesísimos:
el bosque natural de Las Navas del Marqués,
en que la villa antaño se erguía.”
Durante sus estancias en la villa, Aleixandre formó un círculo de amigos, incluyendo a Dámaso Alonso, Julio Cerdeiras y los hermanos Ramón y Enrique Álvarez Serrano. Según el crítico Alejandro Duque Amusco, Ramón Álvarez Serrano era una gran promesa literaria, truncada por su muerte a los 30 años.
Solo una década después, Vicente Aleixandre se consolidaría como uno de los referentes de la Generación del 27 y, más tarde, de la poesía de posguerra. Sus primeras composiciones poéticas, escritas en esta tierra de pinares, se conservan en Álbum, publicado por la editorial Tusquets. Hoy, el Colegio Público de Las Navas del Marqués lleva su nombre en honor a este insigne poeta.