Julio Mangada

Sancti Spíritus, Cuba, 1877 – Veracruz, México, 1946


Julio Mangada

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Militar durante la II República y la Guerra Civil, fue uno de los impulsores del esperanto.

Hijo de un militar español, nació en Cuba, cuando esta era todavía colonia española, su padre había sido destinado allí. Con 19 años ingresó en la Academia de Infantería de Toledo, donde obtuvo el grado de Teniente. En 1906 ingresó en una logia masónica y aprendió esperanto. Y en 1929 ascendió a Teniente Coronel.

Será uno de los mayores promotores del esperanto en España. Editó una gramática del esperanto, dio cursos, participó en distintas publicaciones y tradujo El Quijote y dos Novelas Ejemplares de Cervantes a esta lengua internacional.

De firmes ideas progresistas, un tanto excéntricas, será arrestado en numerosas ocasiones a lo largo de su vida, por ejemplo, por participar en la Revolución de Asturias (1934) contra el gobierno reaccionario.

En 1935,  Mangada contaba con 59 años de edad, se acoge entonces a la Ley Azaña y pasa a la reserva del Ejército. Cuando estalla la Guerra Civil no duda en ponerse al frente de la una columna de milicianos que se dirigía hacia Ávila.

Manga establece el cuartel general de su columna en Navalperal de Pinares. Su familia le ayuda en todo lo que puede, su hijo se marcha al frente con él y envía partes al Ministerio de Guerra contando los avances de la columna y pidiendo refuerzos, municiones, etc. Su mujer hace lo propio desde la capital.

En este frente, Julio Mangada consigue grandes éxitos que le llevarán a obtener el título de Coronel Honorario y a ser vitoreado como el “general del pueblo”. Posteriormente marcha al frente de Talavera del Tajo y tras varias derrotas, Mangada es relegado a puestos burocráticos como el de Gobernador Militar en Albacete.

Tras la victoria nacionalista se marcha el exilio, pero su barco es detenido en Orán (Argelia) y es encerrado en una vieja cárcel francesa usada a modo de campo de concentración. Julio Mangada y su familia conseguirán escapar y continuar su viaje hasta México gracias a las organizaciones esperantistas internacionales y, en especial, al General Bastien, presidente de la Liga Internacional Esperantista.

Bibliografía

GARCÍA YEBRA, T., op. cit., pp. 225 – 229

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