En el término municipal de Las Navas del Marqués existen 3 conjuntos de sepulturas antropomorfas excavadas en la roca, que se suponen de época alto medieval. La primera de estas necrópolis se encuentra situada a 2 Km. de la Iglesia de San Juan Bautista, cerca de la carretera que enlaza la villa con Peguerinos, junto a la llamada “curva de la Povea”, y se conoce coloquialmente como “La Sepultura del Moro”. El segundo grupo de tumbas se halla a 1 km aproximadamente de éste conjunto. El tercero, lo encontramos a 4 km. de Navalperal de Pinares, en la zona conocida como La Retuerta.
Estas necrópolis se asentaban fuera de las urbes, por lo que pueden considerarse yacimientos rurales y no es arriesgado pensar que pertenecieron a grupos itinerantes, dedicados primordialmente a la caza y la ganadería, o que fueran empleadas por cualquier pueblo en época de beligerancia. No es común encontrar restos óseos, pero en las zonas beligerantes en las que se han encontrado, se ha observado la existencia de restos de distintos individuos, lo que podría ser debido a la alta mortalidad causada por los conflictos.
Las sepulturas serían una obra de la familia del difunto y se utilizarían “ex profeso” para cada individuo. Aunque es posible que en los casos en los que aparecen una, dos o tres, fuesen excavadas por los propios individuos para utilizarlas tras su muerte.
Se supone que el difunto sería enterrado con un sudario, de ahí que los ajuares no existan en los primeros momentos. Con el tiempo se comenzaría a dejar, en el cuerpo del difunto, algunos aderezos ornamentales que utilizó en vida (anillos, pendientes o colgantes), pero lo habitual parece que fuese depositado sin ellos.
La tipología, es decir, la forma de las sepulturas, es variada y en la mayor parte de las necrópolis, es heterogénea. No obstante, se puede distinguir una evolución:
Es posible que la tumba de los varones fuera antropomorfa, la de las mujeres ovoide y la de los niños, situada entre ambos o a su alrededor, ovoide, aunque bastante alargada, o antropomorfa indistintamente.
Se pueden considerar como enterramientos adultos los de longitud superior a 1,70 m; de adolescentes los que superan los 1,40 m; y de niños los inferiores a 1,40 m. La estatura media de los varones sería pues de 1,60 m y la de las mujeres algo inferior.
Es difícil explicar la razón por la cual las sepulturas fueron excavadas en roca. Parece que la razón principal podría ser la dureza del terreno en el que se ubican y la facilidad de trabajar este material.
En esta necrópolis, prima la orientación de Oeste a Este, es decir, con la cabecera al Oeste y los pies al Este. Esta tendencia ha sido explicada a través de propuestas especialmente de tipo religioso, no obstante, no existen directrices de la Iglesia anteriores al siglo X:
Otras explicaciones sobre la orientación de las sepulturas son más prácticas, como el aprovechamiento de las características geológicas del terreno o el espacio libre que existiese entre tumbas. Esta orientación también puede aludir a la posición del sol en el momento de su salida.
La primera de las necrópolis se encuentra a 2 km. de la Iglesia de San Juan Bautista, cerca de la carretera de Las Navas a Peguerinos, a 30 m. del Arroyo de la Poveda. Sus coordenadas geográficas son 4º18’40’’O y 40º36’30”N.
Este conjunto consta de 5 tumbas realizadas en granito, material que junto a las granodioritas, sienitas, gneiss y sus rocas acompañantes cuarzo, aplitas y diques de pórfidos, son componentes principales del suelo de esta zona.
La primera tumba que nos encontramos viniendo desde el casco urbano, mide 177 cm. de longitud, 49 cm. en su parte más ancha y 38 cm. en la más estrecha. Tiene una orientación de 305º NO-SE y puede adscribirse al tipo de planta ovoide o de bañera, por lo que podría ser de una mujer adulta. Según el profesor, Alberto del Castillo, este tipo de planta aparecería por primera vez en el siglo VII y empezaría a evolucionar a mediados del IX, comenzando a insinuar la forma de cabeza.
La segunda tiene semienterrada la parte de la cabeza, por lo que no se pueden saber sus medidas ni el tipo al que pertenece. No obstante, tomando como referencia la parte inferior de la tumba se puede dar su orientación 287º NO-SE.
La tercera tumba tiene 170 cm. de longitud, 52 cm. en su parte más ancha y 44 cm. en la más estrecha. Tiene una orientación de 290º NO-SE y se podría inscribir dentro del perfil mixto, similar a la forma pisciforme, con una planta en forma rectangular, casi tan ancha por la cabeza como por los pies, ensanchándose en la mitad, lo que da una forma oval.
La cuarta mide 174 cm. de longitud, 448 cm. en la zona más ancha y 39 cm. en la más estrecha. Se orienta 292º NO-SE y correspondería al tipo antropomorfo con cabecera recta. Según estos datos, sería de un varón adulto. A su lado se encuentra otra tumba muy deteriorada por el efecto de la erosión, lo que hace casi imposible su descripción tipológica.
En ninguna de estas tumbas se han encontrado restos humanos ni restos de ornamentos, y tampoco se observan estructuras asociadas a las mismas.
Un segundo grupo de sepulturas se encuentra también cerca del Arroyo de la Poveda, a 1 km. del primero, y consta de 3 tumbas realizadas sobre granito.
La más cercana al arroyo mide 178 cm. de longitud, está orientada 335º NO-SE y, pertenece al tipo antropomorfo con cabeza de herradura (varón adulto). Se encuentra a unos 100 m. de las otras dos tumbas.
Estas fueron construidas en el mismo bloque de granito, la mayor tiene 180 cm. de longitud y se corresponde con el tipo rectangular (varón adulto). La evolución de este tipo de tumbas se convertirá después en un tipo trapezoidal al estrecharse por los pies. La otra mide 169 cm. y se corresponde con el tipo de planta ovoide o de bañera (mujer adulta). Ambas tienen la misma orientación 310º NO-SE.
Esta colocación podría suponer la existencia de enterramientos hechos frecuentemente, por grupos familiares, en el siglo X. Tampoco se han encontrado restos materiales en ellas, ni se observan estructuras asociadas a las mismas. Esta información apunta a un origen alto medieval de las sepulturas, entre los siglos IX y comienzos del X.
No existen trabajos arqueológicos ni de otro tipo sobre las sepulturas halladas en el término de Las Navas del Marqués. La información aquí recopilada es fruto de los estudios realizados por Jesús Herranz Gago. Según afirma el autor, se trata de un análisis visual de los restos.
HERRANZ GAGO, Jesús: Sepulturas medievales en Las Navas del Marqués, Caminar Conociendo. Julio 1997, nº 6, suplemento, pp. 1-4.
HERRANZ GAGO, Jesús. Tumbas antropomorfas excavadas en Las Navas. Entre Pinares. Julio 2007, nº 10, pp. 56-59.